Mientras la otrora todopoderosa selección inglesa aún deambula en la penumbra a raíz de su penosa campaña bajo el mando de Steve McClaren, dos de los más grandes exponentes del fútbol británico, Manchester United y Chelsea se sitúan en la cima del balompié del Viejo Continente tras su imponente paso a la final de la Liga de Campeones de Europa. Tanto el onceno londinense como el cuadro rojo de la primera ciudad industrial se encuentran plácidamente ubicados en el podio moscovita gracias a sus efectivos elementos de juego. El 21 de Mayo se verán las caras en el Luzhniki donde se dirimirá el nuevo dueño de la prestigiosa ‘orejona’, una copa tan codiciada por muchos pero tan esquiva para tantos.
Como contraparte a este monopolio inglés en el fútbol europeo, los ‘pross’, a pesar de la llegada de un ganador nato, el italiano Capello, no han podido levantar cabeza del todo y aún sufren por su sorpresiva y humillante eliminación en la previa a la Euro 2008.
Es incomprensible el bajo nivel presentado por el seleccionado británico. Los leones no tienen un juego claro, a veces se muestran un tanto atolondrados y pareciera que ponen el destino del cotejo únicamente en manos de aquella figura que se encuentre en su día de gracia.
Resulta insólito las innumerables diferencias entre el cuadro de la rosa y los finalistas de la Champions. Nada que ver con los dirigidos por el israelí Grant y mucho menos con los pupilos de Ferguson. El cuadro de Capello carece de la disciplina y practicidad de los azules y por supuesto de la armonía, el fútbol vistoso, vertiginoso y sobretodo vertical de los rojos.
Pero la ironía del caso es que muchos de los puntales de ambos clubes hacen parte de la escuadra británica. En el Chelsea tenemos a un portento defensivo como Terry, un lateral con salida constante como Ashley Cole, dos volantes de avanzada como Joe Cole y Lampard y al veloz e incisivo Wright-Phillips. En cuanto al Manchester debemos incluir al inagotable Neville, los férreos defensores Rio Ferdinand y Wes Brown, los volantes Carrick y Scholes y por supuesto el ‘niño rebelde’ Wayne Rooney.
Manchester y Chelsea. Ambos se hallan ad portas de lograr dos de los más importantes galardones de la temporada: la Premier y la Champions. Los ingleses dirán que un triunfo de cualquiera dejará muy en alto el nombre de las islas. Parece una excusa. Ya es hora de que el seleccionado nacional saque la cara, no solamente los clubes.
sábado, 5 de julio de 2008
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