El conteo final se acerca, en poco más de dos meses el mundo será testigo de uno de los eventos deportivos de mayor alcance en el planeta, la Eurocopa de Naciones 2008.
Millones de espectadores se paralizarán entre el 7 y el 29 de junio y el mundo girará en torno a un balón. 16 serán los seleccionados invitados a esta fiesta, en tanto Suiza y Austria tendrán el prestigioso papel de anfitriones.
Desde el instante en que se dé el puntapié inicial en Basilea, todos los conjuntos lucharán por levantar la tan ansiada Euro. Y sí, todos buscarán la gloria, pero un onceno en particular lo peleará con más ahínco. Es el caso de España. Una selección que hará cuanto esté a su alcance para reverdecer laureles, esos que supo portar dignamente hace 44 años.
Pese a las críticas previas, los pupilos de Aragonés quieren de una buena vez reubicar el nombre de la Furia Roja en lo más alto del Viejo Continente, un privilegio aparentemente circunscrito a alemanes, franceses, ingleses o italianos.
Más de cuatro décadas bastan. Es hora de emular a aquella mítica escuadra dirigida por José Villalonga que conquistase la Eurocopa del 64. O al menos intentar derrochar el coraje de esa selección del 84 que apenas sucumbió en la final ante el colosal equipo francés de Platini, Tigana, Giresse y Fernández.
Aun cuando los últimos fracasos parecían enturbiar las expectativas del pueblo español, los resultados de la Roja en los más recientes encuentros invitan a soñar con una Eurocopa a ritmo de flamenco.
En la fase previa, España revivió de las cenizas con su triunfo ante Dinamarca por 1-3 y ratificó su momento derrotando 3-0 a Suecia. A partir de ahí todo fue alegría. Ha derrotado a cinco rivales de peso en amistosos: Argentina, Inglaterra, Grecia, Francia e Italia. Un gran presagio.
La escuadra tiene una sólida columna vertebral. Casillas es el cerrojo en el pórtico; Sergio Ramos el polivalente defensor; el medio campo está cubierto con Xavi, Iniesta y Cesc; y en la delantera están Torres, Villa y el joven Bojan.
Pero las miradas apuntan al ‘Sabio de Hortaleza’. Se le cuestionan sus decisiones. El mayor problema es Raúl. Luis no cuenta con él. Si gana a su modo pasará a la historia por su firmeza, si pierde será recordado como aquel senil entrenador que dejó de lado a uno de los más letales delanteros de la historia. Lo único cierto es que un seleccionado que puede obviar a un jugador de la talla de Raúl debe tener el potencial suficiente para triunfar en Europa.
sábado, 5 de julio de 2008
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