sábado, 5 de julio de 2008

En el Zenit de Europa

Si pensábamos que para disfrutar del buen fútbol tan sólo debíamos remitirnos a países como Italia, Inglaterra y España estábamos muy equivocados. Existe un mundo de talento más allá de esta élite de millonarios torneos. Un claro ejemplo de ello lo mostró un equipo sin una vasta trayectoria, perteneciente a uno de las denominadas ligas de segundo nivel, el Zenit de San Petersburgo, una escuadra que al mando de Dick Advocaat, aquél que fuese asistente de Rinus Michels, y practicando un fútbol arriesgado, vertiginoso y enteramente de ataque logró hacerse con la tantas veces vilipendiada pero siempre valiosa Copa de la UEFA.

‘El teatro de los sueños’ en Manchester fue testigo del alud soviético. Los aficionados que se dieron cita en Old Trafford pudieron observar a un onceno ruso decidido a alcanzar la gloria.

El destino puso en frente a dos equipos con historias dispares. El Rangers de Glasgow, un elenco con tradición y títulos que ya tenía en su haber una Recopa de Europa conquistada en el año 72. Mientras tanto, los rusos apenas si se asomaban por primera vez en instancias de una copa de calibre. Pero, los números de poco sirven ante la realidad de un encuentro. Los protestantes escoceses con un fútbol timorato y defensivo poco pudieron hacer con el club del que es hincha el presidente ruso Medvéded. Los de San Petersburgo se comieron la cancha desde el pitazo inicial y corrieron al frente como si no hubiese mañana. Ni siquiera la ausencia de su goleador Pogrebnyak disminuyó su ímpetu. La escuadra blanca dominó de principio a fin haciéndose con el balón, aprovechando los espacios, triangulando de manera perfecta y exigiendo en numerosas ocasiones al meta Alexander. El número 10 ruso, Arshavin, tomó las riendas del Zenit y con su velocidad desbordó y envió centros peligrosos al área chica. Con su talento en el uno contra uno y gracias a su visión de campo hizo de su equipo una verdadera aplanadora. Junto a él, Denisov y Zyryanov se mostraron letales a la hora de la definición y vulneraron el cerrojo escocés para sentenciar el partido en un 2-0 que se quedó corto para el nivel mostrado por los soviéticos.

Hay calidad futbolística más allá de las fronteras de las bien conocidas potencias europeas. El Zenit se encargó de demostrarlo con su desparpajo y valentía para arrollar a sus rivales.

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