viernes, 14 de diciembre de 2007

Tragedia Inglesa

En el lejano recuerdo parece haber quedado aquella gran selección inglesa del 66 dirigida por Sir Alfred Ramsey, la tripleta en la final del gran Geoff Hurst, la prestancia defensiva de Bobby Moore, las atajadas de Gordon Banks, o el indudable carisma de Bobby Charlton. En la mente de los británicos ya se torna borrosa la imagen de esta escuadra que hizo suya la preciada copa Jules Rimet.


Ahora el momento es distinto. Inglaterra ha sido estruendosamente eliminada de la Eurocopa 2008, su entrenador fue cesado y nosotros, los amantes del buen fútbol, nos quedaremos con las ganas de ver en acción a la gran camada de jugadores ingleses. Extrañaremos la vertiginosidad y el poder goleador de un hombre como Owen, la potencia de Rooney, la polivalencia y empuje de dos mariscales de campo como Lampard y Gerrard, o la técnica de un portento defensivo como Terry.


Lastimosamente para el espectáculo, este conjunto de la denominada segunda era dorada del fútbol inglés no pudo alcanzar los objetivos trazados. Es que el buen nivel que habían presentado los ‘pross’ parece haberse esfumado con la demolición del mítico estadio de Wembley y ni siquiera su reinauguración pudo devolverle la magia al seleccionado que hasta hace poco dirigiese Steve McClaren


Hace algunos días, en declaraciones al Times, el jugador insignia del Liverpool, Steven Gerrard, insistía en criticar las normativas de la Premier, en donde se permitía a los clubes alinear gran cantidad de jugadores foráneos. Esto, según el capitán de los rojos, iba en detrimento de los intereses del seleccionado, pues McClaren no contaría con jugadores que fuesen titulares en sus escuadras.


Al final, todo lo que se temía se hizo realidad con la derrota que le propinó Croacia en el otrora inexpugnable estadio de Wembley. Un 2-3 que eliminó a los ingleses y clasificó a la Rusia de Gus Hiddink. Un fracaso rotundo que no sólo deja a los británicos por fuera de la Euro a disputarse en Suiza y Austria, sino que los hace acreedores del deshonroso récord de haber sido comandada por el
entrenador con menos tiempo de permanencia (18 meses) en la historia de la selección.


Pues sí, los ingleses tendrán que ver por la tele
cómo las 16 mejores selecciones del Viejo Continente luchan entre sí para ver cuál es la mejor. Mientras tanto, los habitantes de la isla esperan ansiosamente la llegada de un entrenador (léase Mourinho) que los saque del atolladero y los encumbre en lo más alto del firmamento futbolístico y a su vez nos permita, a todos los aficionados, disfrutar de nuevas estrellas que emulen lo hecho por Shearer, Lineker, Keegan o por qué no, el mítico Stanley Matthews.

(Fragmento de esta columna se encuentra publicado en el diario El País de Cali 30/11/2007)

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