Probablemente, si en cualquier lugar del orbe, alguien, mujer u hombre, occidental u oriental, blanco o negro, menciona al País Vasco, lo primero que puede cruzar la mente de su interlocutor es la palabra ETA, el Euskadi Ta Askatasuna, una organización terrorista que ha amedrentado a España por casi cinco décadas.
Pero no sería justo que esta comunidad fuese reconocida por un reducido grupo de insurgentes. Los vascos son más. Son las hermosas playas de San Sebastián y su reconocido festival de cine; el puente colgante de Bizkaia y el castillo de San Telmo; el museo Guggenheim y el teatro Arriaga; y por supuesto, son fútbol.
Verdaderos apasionados por sus escuadras. Los donostiarras con su Real Sociedad y los bilbaínos con su Athletic. Pero con el perdón de los de Guipúzcoa, es el equipo de Vizcaya el que le da un sabor diferente al fútbol ibérico.
Los leones son un onceno único que cuida sus raíces al admitir en sus filas solamente a jugadores nacidos o formados en el País Vasco. Un cuadro sin par, ya que pertenece al triunvirato de clubes (junto al Barça y al Madrid) que jamás ha descendido, es el tercer conjunto histórico de España y su público es tan ferviente que ha transformado a su estadio, el San Mamés, en una fortaleza donde se profesa la religión del fútbol vasco, un lugar al que convenientemente se le conoce como La Catedral.
Debido a su política, los ahora dirigidos por Caparrós habían caído en el dique ya que mientras sus contrincantes se hinchaban de extranjeros ellos tan sólo se dedicaban a cultivar su cantera. Una desigualdad que casi los hace descender.
Pero de la mano de un entrenador formador, de un símbolo como Etxeberria, un goleador como Llorente, y jugadores de selección española como Iraola, Amorebieta, y Orbaiz, los rojiblancos han podido emerger del fondo de la tabla.
Con una afición embelesada y una plantilla concentrada, el Athletic se ha apuntado victorias importantes que lo han catapultado al noveno lugar, muy cerca de los puestos europeos.
Los leones han vuelto a rugir y el conjunto sin igual está siendo noticia y dará mucho de qué hablar.
jueves, 22 de enero de 2009
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