Nadie duda de las prebendas que trae consigo el ser futbolista profesional, sería mentir querer afirmar lo contrario. La realidad es evidente, ellos ocupan un sitial de privilegio, no solamente por su remuneración sino por el cariño profesado por sus seguidores.
Pero, son seres humanos y en muchos casos no se les respeta como tal. Se cree que al ser figuras públicas deben aguantar todo tipo de comentarios, improperios o suspicacias con relación a su trabajo. Sí, se les elogia, pero también se les condena. Sí, algunas críticas son merecidas pero otras son crudas y en ocasiones infundadas. Sí, se les componen las más elogiosas arengas, pero también se llega a la infamia de las amenazas.
Así resulta la vida del futbolista y más aún, la del guardameta. Lo han dicho los expertos, es el puesto más ingrato. Puede salvar las más difíciles pelotas durante un encuentro, pero si incurre en un error y eso cuesta el partido, la crítica será inclemente. Un jugador de campo puede pasarse el cotejo deambulando por el terreno que si aprovecha su ocasión y le da la victoria a su equipo, será elogiado a más no poder. El portero no. Ni una volada majestuosa, una salida temeraria, un penal detenido o un gol en el último minuto lavan su imagen si tras un nimio yerro se envolatan los consabidos puntos.
Por eso para ser cancerbero se debe tener estómago para tragarse las críticas, espalda para sostener el peso del deber y un ánimo inquebrantable para levantarse ante la adversidad. Pablo Migliore los tiene.
Ni un accidente automovilístico ni la pérdida de la titularidad le quitaron las ganas de triunfar en Boca. Si bien salió por la puerta trasera de Casa Amarilla, quedó demostrado que tenía calidad y testosterona de sobra.
En Racing tuvo que remar contra la corriente y tras algunos vaivenes volvió al arco. Empezó con dudas pero con ganas, se consagró tapando un penal ante San Martín pero hace poco fue crucificado por el blooper que generó el segundo gol de Colón. Hay quienes dudan si este golpe lo desmoralizará, él no, está confiado que es una caída que lo ayudará a crecer.
viernes, 21 de noviembre de 2008
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