Agosto 3 de 1996, Estadio Sanford de Athens, Georgia. Aún corren los últimos minutos del cotejo por la medalla dorada. Argentina, dirigida por el flamante ‘Kaiser’ Pasarella y abarrotada de estrellas ya consagradas mundialmente, apenas empata a dos tantos con las Súper Águilas nigerianas. Falta al borde del área, centro y la zaga argentina que sale como un obús queriendo jugar al fuera de lugar, Sensini queda enganchado y habilita al ex azulgrana Amunike quien con una volea vence la valla de Cavallero y decreta el 3-2 final para una celebración africana y una nueva decepción sudamericana. Los nigerianos se erigían como monarcas olímpicos y asomaban como alternativa para pelear junto a las potencias del fútbol mundial.
12 años más tarde, es China el epicentro de una nueva edición de este encuentro en el que se miden, ahora sí, dos grandes del panorama mundial.
La albiceleste ya no sufre por conseguir su primer logro olímpico pues en Atenas calmó su sacia de gloria. Mientras tanto, los nigerianos con un ritmo voraz y vertiginoso a lo largo del torneo han dejado claro que serán un hueso duro de roer para los argentinos y que luego de haber asombrado en el 96 ahora sí que se les debe mirar como iguales.
Ya no hay historia que valga, estos 22 jugadores que se medirán el 23 de Agosto en el estadio del nido del pájaro se batirán como gladiadores en busca de un nuevo baño de oro.
Los pupilos del ‘Checho’ Batista vienen empujados por su victoria ante Brasil, su nómina millonaria y su excelso trabajo colectivo. Su delantera convence con Agüero y Di María y Messi es un fuera de serie que deleita pegando su balón al botín y zigzagueando a rivales en jugadas dignas de un genio.
En cuanto a Nigeria se debe destacar su entrega total desde el minuto 0. Corren y luchan como si no hubiese mañana, pero a su vez son ordenados tácticamente, y por si fuera poco, cuentan con dos baluartes de cara al gol, Ogbuke del 1899 Hoffenheim alemán y Obinna del Chievo Verona italiano.
Duelo de titanes. Argentina aún posee una luz de ventaja, pero ahora los nigerianos ya no sólo juegan con el físico, su técnica es más depurada y son una clara amenaza a las aspiraciones doradas de los gauchos.
viernes, 22 de agosto de 2008
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