Audacia o ingenuidad, valentía o torpeza, fortaleza o debilidad. Unos u otros, calificativos acordes a la determinación tomada por los jerarcas blancos: Cambiar a Schuster por Ramos.
Por más contradictorios que resulten los epítetos arrojados por ambos bandos, cualquiera podría tener la razón, el punto es que todo depende del cristal con que se mire, o mejor, en este caso particular, del resultado que arroje el Derby español.
Para los ingleses resulta hilarante que tamaño club se haga con un técnico que acaba de marcar el peor arranque liguero en la historia de los ‘spurs’. Los catalanes aseguran que contratar a un adiestrador venido a menos es muestra clara del poco tino de los de la Castellana. Los madrileños afirman sin ruborizarse que Juande puede enderezar el rumbo en la Casa Blanca.
Pero la idea no es dilucidar si el manchego es idóneo para el Madrid, es entender si esta medida se ha tomado en el momento justo. Existen tres posibilidades para interpretar este súbito movimiento, helas aquí:
Primera opción: El cambio puede ser una idea estupenda siempre y cuando el resultado del clásico sea favorable. Sería una inyección anímica para un cuadro fatigado por las críticas. El punto de inflexión para un resto de liga promisorio.
Segunda opción: La decisión lógica, no por ser buena sino por no haber más. Tras declarar que no se podía ganar al Barça, el alemán sentaba un pésimo precedente para un equipo carente de confianza. Además, por ser un nuevo proceso, una derrota decorosa sería consentida sin rezongar.
Tercera opción: El Madrid se dejó llevar por el nerviosismo de su presidente, quien viéndose atacado por su junta, Michel y hasta la sombra de Florentino, quería hacer algo más que prometer fichajes nunca concretados. No pensaron que una goleada entorpecería el proyecto.
Quizás los merengues no se pueden dar el lujo de tener cautela. Por tal, lo hecho, hecho está y la cúpula blanca cargará con sus culpas o victorias. Eso sí, si bien los culés no sellaron el descabello de Bernd, si serán quienes marquen el camino del Madrid en lo que resta de temporada.
miércoles, 17 de diciembre de 2008
sábado, 6 de diciembre de 2008
El jardín infantil de Wenger
Quizás en el fútbol actual no resulte innovador hacer debutar a un chico menor de veinte años. Tal vez ni siquiera pueda considerarse como novedad el hecho de que un joven sin experiencia sea inicialista en una liga de primer nivel o que un adolescente se haga con la titularidad de un cuadro europeo.
Pero en un mundo del balompié regido por los resultados y la mercadotecnia, en donde la experiencia prima y las figuras mediáticas son las que venden camisetas y llenan estadios, es impresionante, valiente y hasta loable para un club todopoderoso como el Arsenal, que futbolistas con edades entre 18 y 25 años acaparen prácticamente la totalidad de la plantilla.
Aunque sean muchas las hazañas alcanzadas por Wenger como cabeza visible de proyectos a largo plazo, posiblemente sus más significativos logros a nivel personal los haya obtenido en las últimas semanas: Conformar una sólida segunda escuadra con promedio de 19 años, derrotar a domicilio al último subcampeón de Europa con nueve jugadores de 25 años o menos y finalmente, tener como capitán a un joven Fàbregas.
Todo este periplo de sustanciosos frutos arrancó el 11 de noviembre cuando un onceno londinense plagado de noveles doblegó por 3-0 al Wigan para acceder a cuartos de final de la Carling Cup. En este cotejo el francés se dio varios lujos: Incluir a Wilshere y Ramsey de 16 y 17 años respectivamente, dar más minutos a figuras en ascenso como Vela y Mérida, y por supuesto deleitarse con un Simpson excepcional y goleador. Para completar la gloria juvenil, el pase a la siguiente ronda de Champions lo selló el veinteañero danés Bendtner.
Por si fuera poco, en el debut liguero de Cesc como capitán, los “Baby Boys” consiguieron remontar un marcador adverso en Stamford Bridge derrotando a un Chelsea que se presumía imbatible.
Si bien Wenger en los últimos años no ha alcanzado títulos, nadie duda de su labor como educador. Es el profesor ideal para una clase de sobresalientes en la que lo secundan dos ayudantes de lujo, Almunia y Gallas, y un alumno de honor, el catalán Fàbregas.
Pero en un mundo del balompié regido por los resultados y la mercadotecnia, en donde la experiencia prima y las figuras mediáticas son las que venden camisetas y llenan estadios, es impresionante, valiente y hasta loable para un club todopoderoso como el Arsenal, que futbolistas con edades entre 18 y 25 años acaparen prácticamente la totalidad de la plantilla.
Aunque sean muchas las hazañas alcanzadas por Wenger como cabeza visible de proyectos a largo plazo, posiblemente sus más significativos logros a nivel personal los haya obtenido en las últimas semanas: Conformar una sólida segunda escuadra con promedio de 19 años, derrotar a domicilio al último subcampeón de Europa con nueve jugadores de 25 años o menos y finalmente, tener como capitán a un joven Fàbregas.
Todo este periplo de sustanciosos frutos arrancó el 11 de noviembre cuando un onceno londinense plagado de noveles doblegó por 3-0 al Wigan para acceder a cuartos de final de la Carling Cup. En este cotejo el francés se dio varios lujos: Incluir a Wilshere y Ramsey de 16 y 17 años respectivamente, dar más minutos a figuras en ascenso como Vela y Mérida, y por supuesto deleitarse con un Simpson excepcional y goleador. Para completar la gloria juvenil, el pase a la siguiente ronda de Champions lo selló el veinteañero danés Bendtner.
Por si fuera poco, en el debut liguero de Cesc como capitán, los “Baby Boys” consiguieron remontar un marcador adverso en Stamford Bridge derrotando a un Chelsea que se presumía imbatible.
Si bien Wenger en los últimos años no ha alcanzado títulos, nadie duda de su labor como educador. Es el profesor ideal para una clase de sobresalientes en la que lo secundan dos ayudantes de lujo, Almunia y Gallas, y un alumno de honor, el catalán Fàbregas.
lunes, 1 de diciembre de 2008
La verdadera grandeza
Desde luego no se pueden poner en tela de juicio las capacidades físicas y técnicas de un superdotado como Cristiano Ronaldo. Todos han comprobado hasta la saciedad la riqueza futbolística que emana con cada toque, con cada jugada, con cada gol.
Si alguien quisiese darse a la tarea de encontrar en el de Funchal una debilidad para derrumbar aquel castillo de elogios que se erigen sobre él, sería inútil atacar su juego. Hasta el más acérrimo contradictor del Batipibe, ese que pregona que nunca será un grande, sabe que no puede atacar su desempeño individual.
Pero, ¿es un jugador de fútbol verdaderamente grande por el mero hecho de ser habilidoso con la pelota en sus pies? La respuesta es no. Aquéllos que marcaron una época dorada y hoy están en el pedestal perpetuo del deporte, poseyeron una serie de imponderables que indudablemente los llevaron al triunfo y al reconocimiento orbital.
Es ahí donde sí se le puede criticar a Ronaldo. No da muestras de poseer ese algo que se requiere para ser respetado por todos. Si bien su presencia cotiza al alza, su rendimiento en instancias cumbres ha dejado mucho que desear. Como referente en la selección lusa no destacó y aunque nadie duda de su brillo en el Manchester, se sabe que no es el puntal en los momentos críticos. Aún no se percibe en él esa aura de Maradona en el Napoli o de Di Stéfano en el Madrid.
Por si fuera poco, su arrogancia le juega en contra. Está bien ser seguro de sí mismo, pero otra cosa es creerse el primero, segundo y tercer mejor jugador del mundo cuando se tiene al lado estrellas de la talla de Messi, Xavi o Kaká.
Aún es joven, puede cambiar y darse cuenta que no es nadie sin el equipo. Lo que debe hacer es potenciar el grupo con sus habilidades individuales y no hacer que sus compañeros trabajen para él.
Además, el portugués debe entender que no es con discursos ni con señas irreverentes hacia el público que se logra la verdadera grandeza, es con hechos y buenos modales.
Si alguien quisiese darse a la tarea de encontrar en el de Funchal una debilidad para derrumbar aquel castillo de elogios que se erigen sobre él, sería inútil atacar su juego. Hasta el más acérrimo contradictor del Batipibe, ese que pregona que nunca será un grande, sabe que no puede atacar su desempeño individual.
Pero, ¿es un jugador de fútbol verdaderamente grande por el mero hecho de ser habilidoso con la pelota en sus pies? La respuesta es no. Aquéllos que marcaron una época dorada y hoy están en el pedestal perpetuo del deporte, poseyeron una serie de imponderables que indudablemente los llevaron al triunfo y al reconocimiento orbital.
Es ahí donde sí se le puede criticar a Ronaldo. No da muestras de poseer ese algo que se requiere para ser respetado por todos. Si bien su presencia cotiza al alza, su rendimiento en instancias cumbres ha dejado mucho que desear. Como referente en la selección lusa no destacó y aunque nadie duda de su brillo en el Manchester, se sabe que no es el puntal en los momentos críticos. Aún no se percibe en él esa aura de Maradona en el Napoli o de Di Stéfano en el Madrid.
Por si fuera poco, su arrogancia le juega en contra. Está bien ser seguro de sí mismo, pero otra cosa es creerse el primero, segundo y tercer mejor jugador del mundo cuando se tiene al lado estrellas de la talla de Messi, Xavi o Kaká.
Aún es joven, puede cambiar y darse cuenta que no es nadie sin el equipo. Lo que debe hacer es potenciar el grupo con sus habilidades individuales y no hacer que sus compañeros trabajen para él.
Además, el portugués debe entender que no es con discursos ni con señas irreverentes hacia el público que se logra la verdadera grandeza, es con hechos y buenos modales.
viernes, 21 de noviembre de 2008
La cruz del arquero
Nadie duda de las prebendas que trae consigo el ser futbolista profesional, sería mentir querer afirmar lo contrario. La realidad es evidente, ellos ocupan un sitial de privilegio, no solamente por su remuneración sino por el cariño profesado por sus seguidores.
Pero, son seres humanos y en muchos casos no se les respeta como tal. Se cree que al ser figuras públicas deben aguantar todo tipo de comentarios, improperios o suspicacias con relación a su trabajo. Sí, se les elogia, pero también se les condena. Sí, algunas críticas son merecidas pero otras son crudas y en ocasiones infundadas. Sí, se les componen las más elogiosas arengas, pero también se llega a la infamia de las amenazas.
Así resulta la vida del futbolista y más aún, la del guardameta. Lo han dicho los expertos, es el puesto más ingrato. Puede salvar las más difíciles pelotas durante un encuentro, pero si incurre en un error y eso cuesta el partido, la crítica será inclemente. Un jugador de campo puede pasarse el cotejo deambulando por el terreno que si aprovecha su ocasión y le da la victoria a su equipo, será elogiado a más no poder. El portero no. Ni una volada majestuosa, una salida temeraria, un penal detenido o un gol en el último minuto lavan su imagen si tras un nimio yerro se envolatan los consabidos puntos.
Por eso para ser cancerbero se debe tener estómago para tragarse las críticas, espalda para sostener el peso del deber y un ánimo inquebrantable para levantarse ante la adversidad. Pablo Migliore los tiene.
Ni un accidente automovilístico ni la pérdida de la titularidad le quitaron las ganas de triunfar en Boca. Si bien salió por la puerta trasera de Casa Amarilla, quedó demostrado que tenía calidad y testosterona de sobra.
En Racing tuvo que remar contra la corriente y tras algunos vaivenes volvió al arco. Empezó con dudas pero con ganas, se consagró tapando un penal ante San Martín pero hace poco fue crucificado por el blooper que generó el segundo gol de Colón. Hay quienes dudan si este golpe lo desmoralizará, él no, está confiado que es una caída que lo ayudará a crecer.
Pero, son seres humanos y en muchos casos no se les respeta como tal. Se cree que al ser figuras públicas deben aguantar todo tipo de comentarios, improperios o suspicacias con relación a su trabajo. Sí, se les elogia, pero también se les condena. Sí, algunas críticas son merecidas pero otras son crudas y en ocasiones infundadas. Sí, se les componen las más elogiosas arengas, pero también se llega a la infamia de las amenazas.
Así resulta la vida del futbolista y más aún, la del guardameta. Lo han dicho los expertos, es el puesto más ingrato. Puede salvar las más difíciles pelotas durante un encuentro, pero si incurre en un error y eso cuesta el partido, la crítica será inclemente. Un jugador de campo puede pasarse el cotejo deambulando por el terreno que si aprovecha su ocasión y le da la victoria a su equipo, será elogiado a más no poder. El portero no. Ni una volada majestuosa, una salida temeraria, un penal detenido o un gol en el último minuto lavan su imagen si tras un nimio yerro se envolatan los consabidos puntos.
Por eso para ser cancerbero se debe tener estómago para tragarse las críticas, espalda para sostener el peso del deber y un ánimo inquebrantable para levantarse ante la adversidad. Pablo Migliore los tiene.
Ni un accidente automovilístico ni la pérdida de la titularidad le quitaron las ganas de triunfar en Boca. Si bien salió por la puerta trasera de Casa Amarilla, quedó demostrado que tenía calidad y testosterona de sobra.
En Racing tuvo que remar contra la corriente y tras algunos vaivenes volvió al arco. Empezó con dudas pero con ganas, se consagró tapando un penal ante San Martín pero hace poco fue crucificado por el blooper que generó el segundo gol de Colón. Hay quienes dudan si este golpe lo desmoralizará, él no, está confiado que es una caída que lo ayudará a crecer.
viernes, 14 de noviembre de 2008
Póker de goles
Si bien la Premier League ha elevado su estatus a raíz de los buenos resultados de sus participantes a nivel europeo, hoy por hoy la liga de las estrellas no desea quedar rezagada y se ha subido al carruaje de la victoria del que aún tiran dos de sus más incisivos goleadores.
Por un lado el corcel blanco, joven y veloz, pero aún solitario y acongojado por el poco alimento que le brindan en los establos de la Castellana, mientras que en el otro, el ejemplar azulgrana que ruge como león, avanza como torbellino y es secundado por una flota de equinos de su misma estirpe robustecidos por los cariños propios de la Masía.
Higuaín y Eto’o, dos artilleros de raza que se destaparon con cuatro tantos en la novena jornada del fútbol español. Como si de un par de tahúres se tratase, el madridista y el blaugrana entraron a sus casinos de confianza y con un ramillete de cartas de ensueño vaciaron la casa.
El argentino y el camerunés rememoraron historia ya que la última vez que en tierras ibéricas dos jugadores lograron marcar por cuatro fue en el 92. Stoichkov por los culés e Hierro por los blancos aportaron para sendas goleadas.
El joven ‘Pipita’ ha encantado a la afición madridista con su entrega, sacrificio, y goles. Ante el Málaga el ex River se vistió de bombero y con sus anotaciones sentenció un apretado 4-3. Paños de agua fría para un equipo en crisis que quedó apeado de la Copa del Rey por un equipo de Segunda B.
Sammy es un tren de ambiciones que no tiene freno, eso quedó demostrado en el 6-0 al Valladolid. Cuatro tantos en un solo tiempo, más allá de estar secundado por un genio como Messi, es todo un logro. Nunca un blaugrana había realizado tamaña gesta en el Camp Nou. En el 52, Kubala pudo marcar cinco de sus siete tantos en la etapa final para redondear un 9-0 sobre el Sporting, pero en el antiguo Les Corts.
El de Nkon es Pichichi de liga y cuarto goleador histórico en el Barcelona. Si bien Eto’o garantiza una mano ganadora con cuatro ases, Messi es el comodín que completa el repóker.
Por un lado el corcel blanco, joven y veloz, pero aún solitario y acongojado por el poco alimento que le brindan en los establos de la Castellana, mientras que en el otro, el ejemplar azulgrana que ruge como león, avanza como torbellino y es secundado por una flota de equinos de su misma estirpe robustecidos por los cariños propios de la Masía.
Higuaín y Eto’o, dos artilleros de raza que se destaparon con cuatro tantos en la novena jornada del fútbol español. Como si de un par de tahúres se tratase, el madridista y el blaugrana entraron a sus casinos de confianza y con un ramillete de cartas de ensueño vaciaron la casa.
El argentino y el camerunés rememoraron historia ya que la última vez que en tierras ibéricas dos jugadores lograron marcar por cuatro fue en el 92. Stoichkov por los culés e Hierro por los blancos aportaron para sendas goleadas.
El joven ‘Pipita’ ha encantado a la afición madridista con su entrega, sacrificio, y goles. Ante el Málaga el ex River se vistió de bombero y con sus anotaciones sentenció un apretado 4-3. Paños de agua fría para un equipo en crisis que quedó apeado de la Copa del Rey por un equipo de Segunda B.
Sammy es un tren de ambiciones que no tiene freno, eso quedó demostrado en el 6-0 al Valladolid. Cuatro tantos en un solo tiempo, más allá de estar secundado por un genio como Messi, es todo un logro. Nunca un blaugrana había realizado tamaña gesta en el Camp Nou. En el 52, Kubala pudo marcar cinco de sus siete tantos en la etapa final para redondear un 9-0 sobre el Sporting, pero en el antiguo Les Corts.
El de Nkon es Pichichi de liga y cuarto goleador histórico en el Barcelona. Si bien Eto’o garantiza una mano ganadora con cuatro ases, Messi es el comodín que completa el repóker.
viernes, 7 de noviembre de 2008
La dama y su caballero
Clásico de titanes en el Bernabéu. Momento preciso para ratificar un juramento de lealtad entre un verdadero caballero y encomiable artista del fútbol como Alessandro Del Piero y una sólida e histórica institución como la Vecchia Signora.
Una majestuosa noche de Champions en la que ‘Pinturicchio’ se apropió del protagonismo ante un testigo de lujo, un impotente Real Madrid, que pese a contar con opciones de gol, jamás pudo concretarlas y se ahogó ante la estrategia planteada por Ranieri.
‘Il Capitano’ supo manejar tanto el ánimo como el ritmo de su escuadra y aprovechó los momentos justos para mostrar pinceladas de un talento que con casi 34 años aún no se ha desvanecido.
Aunque la Juve cuente con talentos como Amauri o Nedved, el diez juventino sobresale, es aquel elemento diferente y determinante que da el toque de clase a un cuadro que se caracteriza por el orden y la disciplina táctica.
Alex supo ratificar su condición de estrella, pues además de abrir espacios y rotar balones, con tan sólo tres remates hizo temblar el santuario merengue. Sus primeros dos disparos hicieron diana en las mallas de Casillas, mientras el tercero apenas salió desviado por centímetros.
0-2 y una nueva victoria tras 46 años desde aquel triunfo a domicilio tras gol del ‘cabezón’ Sívori.
Con esta actuación, más la acaecida días atrás en el Olímpico de Turín, el romance que el oriundo de Conegliano mantiene desde hace 15 años con los juventinos se ha fortalecido.
Así Del Piero agranda su ya de por sí gigante figura, que había tenido como clímax el 2006 cuando se comprometió a batirse como un guerrero en la Serie B, tras el catastrófico descenso a raíz del turbulento moggigate.
Aunque este año manifestase que al término de su contrato en el 2010 se marcharía de la escuadra turinesa, en los corazones bianconeri todavía perdura aquella sabia frase: un caballero nunca abandona a una dama y menos a ‘La Novia de Italia’.
Una majestuosa noche de Champions en la que ‘Pinturicchio’ se apropió del protagonismo ante un testigo de lujo, un impotente Real Madrid, que pese a contar con opciones de gol, jamás pudo concretarlas y se ahogó ante la estrategia planteada por Ranieri.
‘Il Capitano’ supo manejar tanto el ánimo como el ritmo de su escuadra y aprovechó los momentos justos para mostrar pinceladas de un talento que con casi 34 años aún no se ha desvanecido.
Aunque la Juve cuente con talentos como Amauri o Nedved, el diez juventino sobresale, es aquel elemento diferente y determinante que da el toque de clase a un cuadro que se caracteriza por el orden y la disciplina táctica.
Alex supo ratificar su condición de estrella, pues además de abrir espacios y rotar balones, con tan sólo tres remates hizo temblar el santuario merengue. Sus primeros dos disparos hicieron diana en las mallas de Casillas, mientras el tercero apenas salió desviado por centímetros.
0-2 y una nueva victoria tras 46 años desde aquel triunfo a domicilio tras gol del ‘cabezón’ Sívori.
Con esta actuación, más la acaecida días atrás en el Olímpico de Turín, el romance que el oriundo de Conegliano mantiene desde hace 15 años con los juventinos se ha fortalecido.
Así Del Piero agranda su ya de por sí gigante figura, que había tenido como clímax el 2006 cuando se comprometió a batirse como un guerrero en la Serie B, tras el catastrófico descenso a raíz del turbulento moggigate.
Aunque este año manifestase que al término de su contrato en el 2010 se marcharía de la escuadra turinesa, en los corazones bianconeri todavía perdura aquella sabia frase: un caballero nunca abandona a una dama y menos a ‘La Novia de Italia’.
jueves, 30 de octubre de 2008
Maradona: Por qué sí y por qué no
Un astro del fútbol mundial ha sido encargado con la honrosa pero ardua tarea de ser el técnico de Argentina. Hasta ahí nada raro. Es más, algo muy común en la actualidad dados los relativamente exitosos casos de ex jugadores que se han hecho con las riendas de sus selecciones.
Pero la cosa cambia cuando el nombre al que se hace referencia es el de Diego Armando Maradona, pues él, más que una estrella, es un mito viviente del fútbol al que en Argentina muchos avezados llegan a catalogar como un Dios. Y es ahí donde empieza el debate de la conveniencia de su nombramiento. Mientras varios se preguntan si quizás su llegada haría que la importancia del seleccionado se viera devaluada ante tamaña figura, otros aseguran que su carisma enaltecería el valor de la casaca argentina.
Nadie niega que el Pelusa fuese un iluminado dentro del campo de juego pero su experiencia en los banquillos es prácticamente nula. Como lo indica Valdano, Diego no tiene la trayectoria necesaria para hacerse con esa mayúscula responsabilidad. Y si se quiere ir más allá, sus problemas personales no juegan a su favor cuando el peso de un país futbolero cae sobre sus hombros. Más aún, según dicen, los genios pocas veces resultan buenos entrenadores ya que les cuesta entender porque sus pupilos no llevan a cabo las labores que ellos hacían con suma facilidad.
A su favor hay que destacar la mística que impone su mera presencia. Para muchos futbolistas el tener a un ícono en el banquillo los compromete e induce a dar mucha más. Además él es una bandera en cuanto al amor por la camiseta y sabrá inculcarle eso a su plantilla. En cuanto a la falta de experiencia, la compañía de Bilardo puede sopesar esta carencia.
Dentro de un año y tanto sabremos si esta arriesgada movida de Grondona fue un triunfo que sirvió para engrandecer aún más a Maradona y a su querida celeste, o simplemente un nuevo fracaso de la AFA que al querer resguardarse bajo la imagen de un ídolo de cortos apresuradamente vestido de gala, tan sólo sirvió para añadir un revés a la ya de por sí difícil vida del Diez.
Pero la cosa cambia cuando el nombre al que se hace referencia es el de Diego Armando Maradona, pues él, más que una estrella, es un mito viviente del fútbol al que en Argentina muchos avezados llegan a catalogar como un Dios. Y es ahí donde empieza el debate de la conveniencia de su nombramiento. Mientras varios se preguntan si quizás su llegada haría que la importancia del seleccionado se viera devaluada ante tamaña figura, otros aseguran que su carisma enaltecería el valor de la casaca argentina.
Nadie niega que el Pelusa fuese un iluminado dentro del campo de juego pero su experiencia en los banquillos es prácticamente nula. Como lo indica Valdano, Diego no tiene la trayectoria necesaria para hacerse con esa mayúscula responsabilidad. Y si se quiere ir más allá, sus problemas personales no juegan a su favor cuando el peso de un país futbolero cae sobre sus hombros. Más aún, según dicen, los genios pocas veces resultan buenos entrenadores ya que les cuesta entender porque sus pupilos no llevan a cabo las labores que ellos hacían con suma facilidad.
A su favor hay que destacar la mística que impone su mera presencia. Para muchos futbolistas el tener a un ícono en el banquillo los compromete e induce a dar mucha más. Además él es una bandera en cuanto al amor por la camiseta y sabrá inculcarle eso a su plantilla. En cuanto a la falta de experiencia, la compañía de Bilardo puede sopesar esta carencia.
Dentro de un año y tanto sabremos si esta arriesgada movida de Grondona fue un triunfo que sirvió para engrandecer aún más a Maradona y a su querida celeste, o simplemente un nuevo fracaso de la AFA que al querer resguardarse bajo la imagen de un ídolo de cortos apresuradamente vestido de gala, tan sólo sirvió para añadir un revés a la ya de por sí difícil vida del Diez.
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